miércoles, 30 de marzo de 2016

DE VUELTA DE VACACIONES

Aquí estamos de vuelta. Han sido 10 días inmejorables. Me he regalado un viaje a Marruecos. Me apunté al viaje a través de un anuncio de UOLALA sin pensármelo. No conocía a nadie, no tenía ni siquiera pasaporte, pero quería viajar. Quedamos en Madrid, a 43 km de mi casa. Me informé, llamando al organizador de si se podía aparcar bien en esa zona, sabiendo ambos que el coche tenía que estar 10 días, y me dijo que sin problemas, que era una zona muy tranquila. Mi hija no podía llevarme ya que ese mismo día, unas horas antes de la hora a la que habíamos quedado, tenía que viajar a Barcelona, o sea que o en transporte público, o dejaba el coche allí. Pues me arriesgué y dejé el coche en Mar de Cristal.

Llegué con una hora de antelación, pero es que al ser viernes anterior a Semana Santa podía haber mucho tráfico. Nada de eso. Llegué enseguida. Y me tocó esperar, pero se me hizo corto. Allí fue llegando gente y charlando se hizo la hora de partir. Viaje en autobús hasta Tarifa, ferri hasta Tanger y... ruta a través de Marruecos hasta el desierto del Sahara.

Nos juntamos 52 personas de edades varias, desde los 18 años hasta los míos. No se si una pareja también era de mi edad o superior, pero las edades más comunes eran de alrededor de los 30. Un viaje para repetir.

Desembarco en Tanger, después de una espera de varias horas para sellar el pasporte. Seguimos rumbo a
ASILAH. Asilah es el pueblo costero más bonito del norte de Marruecos. Se puede disfrutar de su playa situada a penas 200 metros del hotel.También se puede disfrutar de su medina custodiada por una muralla construida por los portugueses en el siglo XVII. Un ambiente artístico-bohemio y romántico se siente por las callejuelas de la medina. Junto a la muralla son numerosos los restaurantes, que ofrecen comida tradicional e internacional.




Después de desayunar enfilamos rumbo a Fez donde pasamos el día disfrutando de su Medina.
Por la tarde, después de la visita, continuamos la marcha hasta Midelt, un pueblo situado en el Atlas. 

Después de desayunar retomamos la marcha para dirigirnos al sur de Marruecos atravesando la gran cordillera del Atlas y siguiendo el valle del Ziz hasta llegar al desierto. Disfrutamos de un almuerzo casero en pleno corazón del valle del Ziz y de un paseo por el palmeral mientras nos explican el cultivo de las tierras y la producción de dátiles. El valle del Ziz es un gran valle que baja del Atlas para perderse en el desierto, es uno de los mayores palmerales de Marruecos. 

Por la tarde llegamos a nuestro destino situado más al sur, el desierto del SAHARA, a la localidad de Merzouga, donde se encuentra el Erg Chebi con las mejores dunas de Marruecos. Allí cogimos los dromedarios para adentrarnos en las dunas hasta el campamento de haimas situado en el corazón del Erg Chebi. Erg Chebi, el verdadero erg de Marruecos. No contábamos con el mal tiempo y al poco de coger los dromedarios, nos vimos envueltos en una tormenta de arena, con lo que decidimos esperar a que pasara, sin pensar ni por un momento en volver al hotel. Tormenta de arena, lluvia y frío que duró más de una hora, y al final, cuando lo peor había pasado seguimos rumbo a las dunas. Nos alojamos en plenas dunas, en un campamento de haimas Bereber. 

A la mañana siguiente volvimos al hotel en dromedario, disfrutando esta vez si de un medio soleado día que pasamos en una EXCURSIÓN EN 4X4 ALREDEDOR DE LAS DUNAS
Una apasionante ruta en 4x4 por el Sahara, salimos por la mañana desde la misma puerta del hotel en 4x4 para dar la vuelta al erg Chebbi. Durante la ruta, de unas 4 / 5 horas, paramos para disfrutar de panorámicas espectaculares, pequeños pueblos, canteras de fósiles, un té con los nómadas del Sahara, folclore tradicional en Hamilia, de los lagos junto a las dunas. El 4x4 en el que viajábamos, conducido por Mustafá, un joven  tuareg que nos paseó por encima de las dunas haciendo las delicias del grupo. Al final, en una de las dunas se le quedó atascado el coche. Ibamos 6, 4 chicos otra chica y yo. Nos bajamos y los chicos empujaron para sacar de la duna al coche.



Por la tarde subimos a las dunas, esta vez andando, con la intención de ver la puesta de sol. No pudimos verla pues las nubes nos lo impidieron.

Al día siguiente visitamos KASBAHS Y RISSANI. Por la mañana fuimos a visitar el gran mercado de Rissani, la nueva Sijilmasa. Debido a su situación geográfica tuvo gran importancia en la época de las caravanas, por este motivo conserva el segundo mercado más antiguo de todo el Magreb. Debido a la riqueza de la ciudad afloraron numerosas kasbahs, fortalezas medievales. Nuestra visita comenzó por visitar una kasbah para hacernos una idea de cómo era la vida en estas fortalezas. Y continuamos visitando el mercado de Rissani. Al medio día regresamos al hotel y por la tarde el que quiso montó en tablas de snow para bajar las dunas. Esta vez fuimos andando, una gran caminata pero mereció la pena. Yo no me tiré por la duna, pero igualmente lo pasé genial.


Después de desayunar comenzamos nuestro viaje de regreso. Fuimos a dormir directamente a Chaouen. Atravesamos el Atlas, que estaba nevado, almorzamos en ruta e hicimos una parada para ver los monos del Atlas.

Último día en Marruecos donde disfrutamos los encantos de Chaouen. En Chaouen se puede disfrutar del pueblo más auténtico del Rif, situado en un estrecho valle custodiado por dos altos picos. La medina es realmente espectacular, sus colores azules y blanco con el laberinto de callejas hacen obligado dar un paseo perdiéndose entre sus callejuelas. Después del paseo subidas más que bajadas,  tomamos un descanso en la Plaza Uta-el-Hamam disfrutando de un auténtico té marroquí. Una vez recuperadas las fuerzas nos dimos un paseo hasta subir a la Mezquita de los españoles (recientemente restaurada) aunque sólo por fuera, situada en una loma al este de la ciudad, desde este punto tuvimos las mejores vistas de la ciudad, con puesta de sol incluída.


El DOMINGO 27 DE MARZO salimos a primera hora de la mañana dirección Tánger para coger el Ferry. Cuando lleguamos a Tarifa pasamos la frontera española y retomamos la marcha dirección Madrid.

Resumen de un dia en el desierto:

Después de disfruta de un agradable paseo por el palmeral del valle del Ziz y de una comida casera en casa Tata nos montamos en el autocar con los primeros vientos de tormenta. Camino a las dunas de Merzouga Fogonero, el conductor, y yo íbamos mirando por los retrovisores y veíamos como nos perseguía la tormenta, una gran nube de arena, espectacular. Teníamos que llegar a nuestro hotel, Nasser Palace, antes de que llegara la tormenta, no nos podía pillar a mitad de camino, y Fogonero condujo con la agilidad que le caracteriza, no conozco un conductor mejor.
Nada más llegar al Nasser Palace nos cogió la tormenta, ya estábamos a refugio. Cerramos las puertas del hotel y poco a poco la tormenta fue cogiendo mas fuerza. Muchos bereberes del lugar nunca habían visto una tormenta con tanta fuerza. Llegó la hora de coger los dromedarios para ir a dormir al campamento en medio de las dunas, la tormenta estaba en su momento más fuerte. Todos aventureros prepararon sus mochilas y salieron en busca de su dromedario. Poco a poco fueron montando y saliendo contra el viento, los camelleros no podían casi ni andar, los dromedarios impasibles luchaban contra el viento, y los aventureros se protegían del viento y la arena como buenamente podían. Al final salió todo el grupo, 52 valientes que no tuvieron miedo a la virulenta tormenta y quisieron vivir la aventura.
Al rato de salir, justo antes de entrar en las dunas, los camelleros tomaron la sabia decisión de refugiarse de la tormenta, que había aumentado aún más su fuerza, en unas palmeras. La imagen era espectacular, todos refugiados detrás de las palmeras llenos de arena y los dromedarios tumbados alrededor suyo protegiéndoles como si la cosa no fuera con ellos. Que animal tan espectacular, es impresionante como está adaptado a todas las inclemencias del desierto. Les dimos la opción de volver al hotel y pasar la noche en él, o esperar una hora a que se ocultara el sol porque normalmente las tormentas amainan al anochecer. La sorpresa, que me llenó de orgullo, fue que todo el grupo decidió esperar y vivir la aventura a tope. Después de aproximadamente una hora algún gorrión y alguna tórtola comenzaron a volar de palmera a palmera, esto sólo podía significar que la tormenta estaba bajando de intensidad. Y efectivamente cada vez se veían volar más pájaros y la fuerza fue mermando, incluso pudimos ver un atardecer espectacular. La alegría y el optimismo inundo al grupo que se apresuraron a montarse en sus dromedarios e iniciar nuevamente la marcha hasta el campamento. Pero aquí no acabaron las inclemencias meteorológicas, para completar la aventura llovió mientras surcaban las dunas antes de llegar al campamento. Una aventura muy completa.
A la llegada al campamento también llegó la calma. Se despejo el cielo dejando ver una magnífica luna llena que iluminaba todo el desierto. Para calentarse después de la aventura los camelleros encendieron una hoguera que vino muy bien. Cocinaron la cena de forma tradicional y la sirvieron en el comedor del campamento, siempre viene bien reponer fuerzas. La velada fue ambientada con sonido de tambores bereberes que animaron al grupo.
Por la mañana era casi obligado levantarse para ver el amanecer, y que mejor sitio para verlo que subir a la gran duna que custodia el campamento. Un amanecer en el desierto siempre es espectacular, pero este especialmente después de la tormenta. Las dunas tenían las aristas recién formadas y la arena reflejaba el sol con más fuerza de lo normal.
Después de tantas aventuras ya solo queda disfrutar el paseo en dromedario para regresar al hotel a desayunar. Un día soleado devuelve a los aventureros a la civilización. Una gran aventura, espectacular, que un grupo de valientes quiso vivir y contar. Y después de lo pasado pueden contar con orgullo que han vivido una verdadera aventura, una gran tormenta de arena en el desierto del Sahara. Mi más sincera y orgullosa ENHORABUENA, vuestro guía Sergio.

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