miércoles, 17 de febrero de 2010

¡Ay! El trabajo...

Hoy, en el trabajo tenía yo a primera hora guardia.

Habían faltado muchas personas, la hoja estaba llena, no porque faltaran en sí, sino porque había excursiones a las que no acudían todos los alumnos de los cursos, sino sólo de determinadas asignaturas (que luego dicen que los docentes faltan mucho, no, que estaban en actividades extraescolares).

Bueno, el caso es que a mi me tocó ir a la clase de francés. Me dirijo a la misma y al llegar me topo con la Lectora (excepcionalmente este año tenemos lectora de Francés) Me dice que tiene examen con los alumnos, que la profesora titular le ha dicho que puede quedarse ella sola con la clase. Le digo que por mi no hay inconveniente, pero que de todos modos y por si las moscas (que no está el horno para bollos) iré a preguntarlo a Jefatura.

Voy pues y allí me encuentro con la Dire y el J. de Estudios. Les comento y me dicen que por supuesto que tengo que ir, que al fin y al cabo no es una profesora la Lectora, y yo tengo que pasar lista y hacer los informes correspondientes.

Bueno, voy a la clase y le digo a la Lectora que la directora ha dicho que debo quedarme, que lo siento, pero que quien manda, manda.

Me he sentido absolutamente avergonzada por tener que quitarle autoridad. Me senté en un pupitre, pasé lista y no abrí los labios en todo el tiempo que estuve allí.

En fin, es lo que hay, pero no hubiera costado nada dejarla sola al frente de su clase.

1 comentario:

Rock Princess dijo...

Muak, muak, muak, muak, muak!!!