Desde hace tres días disfruto de Spotify, una maravilla. Esto se lo debo a un alma caritativa (gracias, gracias) que conocía mi hija (gracias hija) y que ha tenido la generosidad de darme una invitación para disfrutar de esta genialidad.
Resulta, para el que no lo conozca, que disponiendo de este programa, al que accedes (en mi caso) por invitación, tienes acceso a toda o casi toda la música del mundo. Quieres música clásica, pones en un buscador el intérprete que quieres, y al momento, conectada a internet, claro, te muestra una lista de canciones, cds, todo lo que tiene disponible. Si moderna, el intérprete que quieras, y si no sabes el intérprete, el título o parte de la canción, das enter, y listo. Eliges en lo que te haya salido lo que quieres oir, y ya estás con los cascos escuchando. Y pasa a la siguiente canción de la lista cuando acaba la primera que hayas seleccionado. Un lujo. De vez en cuando tienes un poquito de publicidad, pero ... qué quieres, ¡es lo único que te cobran...!
También puedes acceder de pago, con lo que puedes llevarlo en tu iphone o ipod, o similar con conexión a internet, en directo o diferido. Es un poco caro a la larga, pero para el que pueda permitírselo... Sin publicidad.
O sea, que puedes ponerte a trabajar en cualquier cosa que tengas que hacer ... conectas spotify... y a disfrutar. ¡Lo que inventan! Y que sigan trabajando para el personal.
1 comentario:
Igual puedo ponerme el Spotify! Ya te contaré!! Muaaaaaaaaaaaak!
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