De un tiempo a esta parte viene apareciendo en los periódicos lo que se llama mercadeo referente al Poder Judicial (como vulgarmente se dice, "Líbrenos Dios de caer en manos de la Justicia").
Empezó con que se quieren cargar al juez Garzón. No es que sea especialmente santo de mi devoción este señor, sobre todo cuando en tiempos de la presidencia de Felipe González, este señor quiso dedicarse a la política, y cuando ganó el PSOE (una de las veces) Garzón dicen las malas lenguas que como no consiguió la cartera de Justicia, se alió con el PP o casi y le hizo la puñeta al Gobierno.
Aparte de esto, que no me pareció bien, y de su afán de protagonismo que ha hecho gala en múltiples ocasiones, parece que lo que hace se ajusta a derecho.
Y eso es lo que me molesta de los jueces en el llamado "mercadeo". Se debe elegir a un juez, por sus méritos en la carrera judicial, independientemente de que sea de un partido u otro. La Justicia no tiene color, o no debe tenerlo, porque al parecer hoy por hoy lo tiene.
Vemos que el Poder Judicial elige inspectores sin fijarse más que en la tendencia política de los jueces, no dejan dimitir al juez que no está de acuerdo con los esquemas del mismo poder judicial, con la forma en la que hacen las cosas, porque es honrado, le obligan a quedarse hasta que su mandato llegue a su fin,... y eso sólo es pequeñas migajas que nos llegan a los de a pie.
Parece que con tener buena memoria para aprobar las oposiciones, ya tiene uno suficiente para ser juez. La ética.. olvidada. No sirve para triunfar.
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